Actividad reciente, gran batalla de la Candamia, visión de la luz.

Si le preguntas a cualquiera aquél parecía un día común en la ciudad, otro de tantos. Las nubes grisáceas surcaban el cielo despreocupadas, un sol tímido asomaba de vez en cuando, todo parecía normal.

La hora señalada. En el aire se comenzó a escuchar el eco lejano de tambores de guerra, un conflicto a voces entre partes de la misma facción, Yin y Yang, luz y oscuridad, complementarios y a su vez opuestos.

La tensión se respiraba en el ambiente, los oportunistas comerciantes trataban de ganarse el favor de ambos bandos ofreciendo sus mercancías para “el noble arte de la guerra”. Armisticio temporal. El poco respeto hacia un enemigo en aparente inferioridad, la última muestra de decoro, aparente Bushido.

Los dos ejércitos se fueron reuniendo en la zona preparada para la representación. Una comida de “negociación” un mero trámite previo a la pugna. ¿El lugar escogido para tal fin? Un bello paraje apartada del pueblo, un bonito lugar para teñir el agua de color carmesí.

Los “observadores imparciales” quería comenzar a llenar sus titulares con macabras letras, pregoneros de la tragedia ajena, de la muerte de la razón, el principio del declive para tan noble civilización. Un hecho insignificante, un pequeño detalle y los ataques comenzaron. Que bando fue el primero en dar el golpe es difícil de precisar. Algunos afirman que fueron los dos paladines tratando de controlar a una de las bestias del averno que se habían congregado allí. Otros afirmarán que todo comenzó con una provocación mal respondida por el bando del bien que perdió los papeles y se dejó llevar por las mofas de sus rivales.... detalles irrelevantes.

Pronto se sucedieron duras pugnas, ataques sin compasión, rematando a los enemigos caídos en el campo de batalla, profanando cuerpos, estrategias injustas con las que poder atacar por la espalda, toda forma de causar bajas era bien recibida fuese cual fuese el precio a pagar.

Las horas fueron pasando y las escaramuzas fueron cesando, el bien parecía haber ganado esta vez, aunque con bajas considerables, heridas a curar y nuevas acometidas que temer. Por su parte el recuento en el bando de la oscuridad no era muy alentador. De su derrota llevaron consigo miedo, ira, rencor... su fuente de poder clamaba venganza...