El comienzo...

jueves, 15 de octubre de 2009

Aún puedo recordar aquel día, cuando abandoné todo lo que conocía desde mi infancia, mi familia, mis amigos, mi ciudad… Sin embargo sé mejor que nadie que era necesario por el bien de todos y más por el mío propio. El día que vi este mundo por primera vez mi madre me llamó Marvin…

Mi historia comienza lejos de todo mi pasado, cuando tras muchas jornadas de cabalgar sin rumbo alguno e terminado llegando al reino de Neifd, un lugar de bosques extensos donde quiera que mires, las copas de los árboles mas jóvenes alcanzan alturas inexpugnables para los humanos, es un territorio tranquilo y lleno de paz o al menos eso es lo que he oído, sus habitantes son gentes de piel nívea, cabello claro y ojos poco llamativos. Sé que llamaré la atención de estas gentes, pues mi cabello es negro como las alas de un cuervo, mi piel no es tan blanca como la suya y mis ojos son de un color tan verde como las hojas de los árboles que les rodean continuamente.

De todos modos es el único sitio para alguien como yo. Mientras continúo mi marcha en dirección a la linde del bosque, veo algunos nativos, me miran con desconfianza, pero no importa, son tan pacíficos que aunque fuera prendiendo fuego a sus casas solo me mirarían. ¿Cobardes? Si, puede que algunos los consideren así, desde mi punto de vista no es que estén temerosos de los demás pueblos, es que simplemente no les comprenden, para los hijos de Neifd la única voluntad que puede castigar es su dios, ellos solo se limitarán a ver pasar los acontecimientos, sin preocuparse de nada mas.

Una vez entre en sus bosques tendré que acatar sus leyes, sus costumbres y su estilo de vida. Lo mejor será pasar la primera noche en una de sus tabernas, retomar algo de fuerzas y cuando despierte…


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